lunes, 12 de septiembre de 2016

2.5. Jesús en los escritos joánicos



1. Un “Evangelio de Revelación”.

* Todos los especialistas coinciden en que esto es lo central (distinto de los sinópticos, donde lo
central es “el Reino”). En Juan todo se refiere a quién es Jesús (quien a su vez revela al Padre).
* Juan se basa en textos sapienciales sobre la Sabiduría de Dios (Prov 8, 22-31; Sab 7, 22-8,1; Eclo 24, 1-9) y en el libro del Génesis, donde aparece la Palabra de Dios en la gesta creadora (Gn 1,1-2,4a). De hecho, el cuarto evangelio comienza con la misma frase que el Génesis (“En el 


principio...”). También en esto es distinto a los sinópticos, quienes citan sobre todo a los Profetas, mostrando que en Cristo se cumplen las profecías sobre el Mesías, el Reino, el Servidor del Señor.
* Juan se refiere a la preexistencia junto al Padre, mientras que los sinópticos más bien subrayan su ascendencia dentro del pueblo de Dios (Abraham y David).
   – por eso, el Hijo puede revelar al Padre:
      – “Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha contado es el Dios Unigénito, que está en el seno del Padre.” (1, 18).
      – “El que vino del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído” (3, 31b-32a).
      – “Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace.” (5, 19-20a).
      – “Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.” (6, 46).
      – “Yo digo lo que he visto junto a mi Padre...” (8, 38).
      – “Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas.” (10, 14s).
* Igual que Lucas explicitó la finalidad de sus escritos, al principio de su obra (cf. Lc 1, 1-4), Juan, hace lo mismo al final de su evangelio (20, 30s): “Esto ha sido escrito para que creamos que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios y creyendo tengamos vida”. Pero ¿Qué significa “Hijo de Dios” aquí?


2. Los títulos de Jesús.

2.1.  Hijo de Dios

* En el Antiguo Testamento este título se aplica a muchos: Israel (Ex 4, 22), los ángeles (Job 1, 8), el rey (Sal 2, 7), el Justo (Sab 2).  Ver, como síntesis, lo que dice el Catecismo (CCE) en el número 441. Indica simplemente una especial cercanía con Dios.
* En el Nuevo Testamento:
– En un los escritos de Pablo, –conservando y plenificando el sentido del AT– este título está ligado a la Resurrección, indicando la glorificación celeste de Jesús, quien tiene así la máxima cercanía con Dios (cf. Rom 1,1-4).
– Marcos lo asocia al bautismo.
– Lucas lo vincula a la concepción virginal por el Espíritu Santo.
– Juan lo asocia a la preexistencia, mostrando una igualdad con el Padre desde siempre: Jn. 5,17s; 8,57ss; 10,30: Jesús es Hijo de Dios en igualdad con el Padre Dios (por eso quieren lapidarlo: es blasfemia: ver Lv 24, 16).
* Juan usa dos palabras griegas diferentes para decir “hijo”: Uiós (en masculino), que significa propiamente “hijo”, palabra que siempre aplica a Jesús; y téknon (en neutro) que significa primero “creatura”, y en segundo lugar, “hijo”, palabra que siempre aplica a nosotros, que somos los hijos creados. Con esto, marca la diferencia entre el modo de ser “Hijo” de Jesús (que es Dios), y el modo nuestro (que somos creaturas).
* También la muerte de Jesús es “porque se tiene por Hijo de Dios” (19, 17).
* La igualdad de Jesús con el Padre llega a tanto que puede decir: “quien me ve a mí, ve al Padre” (14, 9); y Jesús merece la misma honra que el Padre (5, 23, es decir... ¡adoración!). Existe unión e inhabitación recíprocas entre Jesús y el Padre (14, 10-11).
* Hay una gradualidad en Juan, para ir mostrando la divinidad del Hijo: desde Jn. 1,1c “La palabra era (un) Dios” (que podría traducirse: “la Palabra era la divinidad”.), hasta 20,28: “SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO” (Broche de oro del Evangelio), y la confesión de fe en la divinidad de Jesús más poderosa del Nuevo Testamento (con los nombres de Dios del Antiguo Testamento diría: “Yahveh mío y Elohim mío”).
* Finalmente, el título “Dios” es aplicado a Jesús fuera del Evangelio de Juan en: 1ª Jn. 5, 20; Tito 2,13 y 2ª Pedro 1,1.


2.2. Palabra (Lógos).

* Sólo en Jn 1 y en 1ª Jn.[1]
* En Ap 19,11 aparece un Jinete Blanco, que es la “Palabra de Dios”, en este caso es el Evangelio que se difunde por el mundo (cf Sb 18,14).
* Jn. 1 es interpretado de distintos modos:
            1. Influencia griega: logos filosófico, mediador.
2. Trasfondo judío: teología de la Palabra (antigua en el judaísmo, y muy rica ya en el siglo I antes de Cristo). Los textos importantes son: Gn 1: Palabra creadora (cf. Sal 33,6; 147, 15.19). Además, al final del Antiguo Testamento, se fusionan tres corrientes de esta “teología de la Palabra: la Palabra-Ley del Pentateuco, la Palabra-Revelación de los profetas y la Palabra-Sabiduría de los sabios (cf. Eclo 24, 23.33-34).
* Jn. 1 comienza con este “Himno-cántico a la Palabra”.

            1,1: Bereshit (“En el principio...”): la frase es idéntica a Gn 1,1 pero apunta aún “antes”: es la Eternidad de Dios. Y la Palabra es Hijo (así también el Targum palestinense de Gn. 1 y una traducción posible de Prov 8, 30-31, por ejemplo en el Libro del Pueblo de Dios).
            1,1c (frase difícil de traducir, y que las sectas manipulan): “La Palabra era un (sin artículo) Dios (predicado)”. Se puede traducir “La Palabra es, lo que es Dios”. La intención de Juan es no “decirlo todo” en el primer versículo, sino ir revelando gradualmente quién es este “Lógos-Hijo” (cf. ya Jn 1, 18 y el “broche de oro” de 20,28).
            1,3: La Palabra (Lógos) actúa en la historia de Salvación: En la creación, pues “Todo ha sido hecho por ella” (por lo tanto el Lógos es Creador, y no creatura). Además, esta afirmación es antidualista, pues todo es bueno (igual que en Gn 1). La distinción “Luz / Tinieblas” son dimensiones teológicas y morales (no hay dualismo metafísico): son el bien y el mal, el Lógos y el demonio.
            1,4: La Palabra (Lógos) es la luz primordial:
            1,9: Ilumina a todo hombre (y no sólo a los judíos).
            1,10: Está en el mundo (por tanto, se puede conocer a Dios por lo creado). No obstante, el mundo no lo conoció (cf. Sab 13).
            1,11: Viene a los suyos: recordando el  Antiguo Testamento, donde Israel es propiedad de Dios.
- Y no lo recibieron: rechazo de la ley y profetas.
            1,12: Parece contradecir el vs. 11 (no recibieron / recibieron).  Además, habla de una capacidad de llegar a ser hijos de Dios, pero en vs. 13 pasa al tiempo pretérito “los que no nacieron”.
            1,14: “Palabra se hizo carne”, con lo cual entronca con el contenido narrativo del Evangelio. Y vemos sucesivos acercamientos: Creación, Ley y Profetas.
- “Carne”: lo débil y concreto del ser humano. No puso hombre, para evitar una lectura dualista del texto (para el dualismo, el hombre es el alma, y el cuerpo es una cárcel del alma).
- “Habitó” literalmente, el texto griego dice “puso su carpa” aludiendo tanto a la “tienda del encuentro”, que ahora es la humanidad de Cristo; cuanto a Eclo 24,8 Dios ordena a la sabiduría que ponga su carpa en Israel (incluso aparece allí la Sabiduría, con vestidura sacerdotal oficiando en la carpa Eclo 24,10 cf. Jn 19,23: Jesús lleva una túnica sin costura como el Sumo Sacerdote de Israel).
- “Hemos visto su gloria”: recordemos Ex. 32ss: no se puede ver la gloria de Dios y seguir viviendo. Pero en el Evangelio de Juan, la gloria de Dios se hace visible en el Hijo: “quien me ha visto a mí ha visto al Padre” (Jn 14,9). Y dicen “Hemos”: los que cantan el himno son conscientes de que participan de la historia de salvación.
- “Lleno de gracia y verdad” (Ex. 34,6 y en todo el AT): son los dos atributos fundamentales del Dios de la Alianza (en hebreo: hésed y emét), generalmente traducido como “amor y fidelidad”.
            1,16s: “De su plenitud todos hemos recibido”. Compara al Hijo-Lógos con Moisés. Y dice que “hemos recibido gracia sobre gracia” (el griego dice “gracia anti gracia” es decir “contra”): la Ley fue una gracia precaria, que ha sido sustituida por la gracia plena de la Nueva Alianza (del mismo modo que “contra entrega” del auto usado te dan un O Km).
            1,18a: “a Dios nadie lo ha visto jamás...”: Moisés tampoco (cf. Ex 32-34)
            1,18b: “el que lo ha revelado es el Hijo Único, que es Dios, que está en el seno del Padre”.
            - la palabra que nuestras traducciones ponen como “revelado” o “contado” es el verbo griego exégomai, de donde viene la palabra “exégesis”: el Hijo nos hace la exégesis... ¡del Padre!
            - “...el Hijo Único, que es Dios...”: en griego dice “o Monogenés Theós”, es decir “el Dios Unigénito”. El Hijo es Dios engendrado, y el Único-engendrado (de aquí se derivará en la tradición posterior, que el Padre es Ingénito (no-engendrado), y que el Espíritu Santo tampoco es engendrado, sino que “procede”).


2.3. “Yo Soy”.

* Trasfondo del Antiguo Testamento: Ex 3,14: “Yo Soy” es el nombre propio de Dios = YHVH.
* A veces aparece con predicado: “camino, vida,...”
* A veces sin predicado: textos que no son de autopresentación (“Yo Soy”), tampoco “Soy” está usado como”existir” o “estar”: 8,24.28. (cf  Ex 14,4.18; Ez 29,6.21, etc.: “Sabrán que Yo Soy”).
- 8:58ss: cuando Jesús se aplica el “Yo Soy” lo quieren lapidar por blasfemo (en el templo).
- Déutero – Isaías usará mucho el “Yo Soy” para hablar de la unicidad.
o       43,10-13; 44,6; 45,5-7.
o       Si comparamos Jn 13,19 con Is 48,3-6: en ambos textos se aduce haber predicho, como signo, de que es Dios quien habla.  
- Si el Hijo es igual al Padre puede usar su nombre propio “Yo Soy”.


2) Los títulos que llevan predicado van revelando quien es este Jesús:

6,20 “Yo Soy, no teman”                           
6,35 “Yo Soy el Pan de Vida”.                   
6,48 “Yo soy el Pan de Vida”.
8, 12: “Yo soy la Luz del Mundo” (cf. 9,5)  
15,1  “Yo soy la Vid Verdadera”.
10,7  “Yo soy la Puerta de las ovejas”.
10,9  “Yo soy la Puerta”.
10,11 “Yo soy el Buen Pastor”.
10,14 “Yo soy el Buen Pastor”.
10,30 “Yo y el Padre somos Uno”
10,36 “Yo soy Hijo de Dios”
11,15 “Yo soy la Resurrección y la Vida”.
14,6  “Yo soy Camino, Verdad y Vida”.
15,1 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador”.
15,5 “Yo soy la vid; ustedes, los sarmientos.”

Estos títulos son distintos al nombre de YHWH. Los exegetas buscan inspiración de estas expresiones:
 – Algunos encuentran paralelos con religiones orientales: “Letanías de Isis”; pero allí se usan títulos gloriosos, mientras que en Jn. la referencia es al Antiguo Testamento.
  Otros buscan trasfondo bíblico: títulos de la Sabiduría (es alimento o ilumina), pero nunca aparece la Sabiduría diciendo “Yo soy tal cosa”.
– Tampoco parecen proceder de Jesús (no hay nada así en los Sinópticos.).
– Parece ser trabajo del evangelista:
* Toma figuras del Antiguo Testamento que representan lo que el hombre necesita de Dios para existir, (distintas realidades salvíficas).
 * Muchas veces se ponen en relación con los “signos” o “señales” que Jesús realiza: multiplicación de los panes (Pan); curación del ciego de nacimiento (Luz); resurrección de Lázaro (Vida).
Con todo esto, tenemos elementos que nos revelan quién es Cristo.
Y en cada elemento de la revelación hay una interpelación al lector, sobretodo en estos últimos textos.
No es una mera elucubración de laboratorio, sino teología que toca la vida del hombre, cuya salvación está en la persona de Jesús: Él es Pan, Vida, Luz.
Y en el judaísmo, se le aplicaban se estos títulos a la Ley; Juan lo traslada a Jesús.



[1] Algo parecido en Hb 1, 1-4.

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